Nacido el 24 de julio de 1860 en la Moravia del Imperio Austriaco, Mucha es uno de esos grandes nombres del arte que, como muchos de sus sucesores del arte pop, se hizo notable gracias al cartelismo y la publicidad, símbolo de la revolución industrial y la cumbre del éxodo rural a las ciudades. Un terreno en el que, no en vano,fue pionero, en una época donde “venderse al mejor postor” no estaba bien entendido entre los verdaderos artistas, salvo en casos excepcionales como el deToulouse-Lautrec.
Artista decorativo, además de pintor, a él debemos además los primeros pasos del diseño gráfico moderno y algunos de los estampados en carteles más bellos de la época.
Cualquiera de sus obras, de coloridas acuarelas, es sobradamente reconocible, de la mano de sus jóvenes mujeres
con vestimentas neoclásicas y rodeadas habitualmente de flores y cristaleras casi catedralicias. Sus obras decoraron joyerías -Georges Fouquet, particularmente-, alfombras, teatros -carteles litográficos para la actriz Sarah Bernhardt y el Théâtre de la Renaissance, como los de las obras ‘Gismonda’, ‘Medea’ y ‘Hamlet’- e incluso iglesias, en particular la Catedral de San Vito, en Praga.
Pese a que, para ganarse el pan, publicitara absenta Robette, Moet & Chandon, cigarros JOB, Nestlé, jabones, Galletas Flirt y múltiples perfumes, la mitología, la naturaleza y el clasicismo eran algunos de sus temas más recurrentes. Entre ellos, es clave destacar sus dedicatorias a cada una de las estaciones (a la derecha tenéis ‘Verano’).
No hay comentarios:
Publicar un comentario